La piel grasa es el resultado de una producción excesiva de sebo y este tipo de piel se caracteriza por poros dilatados, brillo excesivo e incluso acné.
¿Cuáles son las características de la piel grasa?
La piel grasa presenta características como brillo intenso, sensación de pesadez en la piel debido a la producción excesiva de sebo, poros irregulares y dilatados y tendencia al acné.
El exceso de grasa en las pieles grasas puede deberse a: el lavado excesivo de la zona, el uso de productos contraindicados para este tipo de piel, la limpieza de la piel con las manos sucias, el uso de agua caliente para lavar la cara, la falta de hidratación, los alimentos con alto índice glucémico, el desequilibrio hormonal y la exposición al sol sin protección.
¿Qué es el efecto rebote?
Las glándulas sebáceas producen un exceso de sebo como forma de protección de la piel, debido a un desequilibrio de agua y grasa en su superficie. Cuando no existe ese equilibrio y eliminamos toda la grasa de la región, incluida la que necesitamos para mantener la piel protegida e hidratada, nuestro cuerpo tiende a producir un exceso de sebo para reemplazar lo que se eliminó, lo que llamamos efecto rebote.
Higienización y tonificación de la piel grasa
Los pasos básicos para cuidar tu piel y mantenerla sana son la limpieza y la tonificación. La limpieza de la piel ayuda a controlar la grasa y a desobstruir los poros, que acaban obstruidos por impurezas como el maquillaje y la contaminación. Se recomienda la limpieza dos veces al día: por la mañana y por la noche. Los que tienen la piel grasa también deben elegir un jabón y un tónico con activos que ayuden a controlar la oleosidad, como la arcilla y el zinc.
Tonificar la piel es otro paso importante, ya que realiza una limpieza profunda de la piel, reequilibra el ph y elimina la suciedad resistente que el jabón no pudo eliminar, dejando los poros libres y desobstruidos. Elije un tónico específico para pieles grasas, que ayude a controlar la oleosidad sin resecarla.
¿La piel grasa necesita hidratación?
¡Claro que sí! El aspecto de la piel grasa suele ser confuso. Debido a la existencia de brillo, muchos creen que ya está muy hidratado y descartan este paso. Este exceso de brillo no significa que la piel esté al día con la hidratación. Necesitamos reponer el nivel de agua de la piel para dejarla equilibrada y para que nuestro sistema no produzca un exceso de sebo como forma de protección.
Por lo tanto, la oleosidad no significa que la piel grasa no necesite ser hidratada. Por el contrario, la piel grasa necesita hidratación para que las glándulas sebáceas no se vean estimuladas a producir más grasa en un intento de combatir la sequedad.
La hidratación sirve para restaurar la vitalidad de la piel y controlar la grasa de forma continuada. Las cremas hidratantes ideales para la piel grasa deben tener una composición libre de aceites.
Protector solar para pieles grasas
La exposición al sol sin protección solar reseca la epidermis, además de contribuir al envejecimiento prematuro, formando manchas, arrugas y líneas de expresión y aumentando las posibilidades de cáncer de piel. La sequedad estimula las glándulas sebáceas para que produzcan más grasa en un intento de rehidratar la piel, provocando el efecto rebote. Por lo tanto, elija un protector adecuado para su piel.
Uso de sérums para pieles grasas
Los sérums se fabrican para que sean muy eficaces y, por lo tanto, sólo unas pocas gotas del producto contienen una gran cantidad de ingredientes activos. Su textura acuosa y no grasa se adapta muy bien a las pieles grasas.
Vitamina c para pieles grasas
La vitamina c es un activo que todos los tipos de piel deben utilizar, especialmente antes de la protección solar. Esto se debe a que tiene un increíble poder para reforzar la protección de la piel contra el sol cuando se utiliza junto con el protector solar. Tiene un poder antioxidante y desempeña un gran papel en la lucha contra las manchas, las arrugas, las líneas de expresión y la flacidez de la piel.
Baños calientes y comida
Las personas con piel grasa deben beber mucha agua y llevar una dieta equilibrada. Se recomiendan alimentos ricos en agua, como frutas, verduras y hortalizas. Deben evitarse los alimentos con alto índice glucémico. También deben evitarse los baños calientes, ya que la alta temperatura del agua elimina la oleosidad natural de la piel, favoreciendo una mayor producción de sebo por parte de las glándulas y dejando la piel con un aspecto graso y brillante.